Todos los alimentos que ingerimos a diario, en mayor o menor escala contienen sodio en su composición química natural. Así ocurre con las frutas y los vegetales, y las carnes en mayor proporción.
Sal incorporada en la industria alimentaria.
Se calcula que un 75% de sodio se agrega durante el proceso de elaboración, sobre todo en productos elaborados y precocinados, como por ejemplo, los salames, en latados, precocidos, panes, galletas, etc.
¿Cuanto consumir de sal?
Las necesidades de sal son muy reducidas:
Cantidad recomendada por día: 2 gramos diarios.
Máximo recomendado: Hasta 6 gramos por día
Hipertensos: menos de 2 gramos por día
Sal adicionada por el comensal.
Alrededor de un 15% de la sal se agrega en la elaboración de los platos en la cocina y luego de servido el plato.
Procedencia.
La sal de mesa, o sal común, contiene cloruro de sodio (NACL) en su totalidad. Ésta se emplea como condimento de platos y también como conservante en la industria alimentaria.
Según la procedencia del mineral la sal puede ser de dos tipos diferentes:
- Sal mineral: cuando se extrae de las minas.
- Sal marina: cuando procede de la evaporación del agua de mar.
La sal marina posee menos cloruro de sodio (un 86%) y otros oligoelementos como pueden ser calcio, magnesio y manganeso. Se emplea frecuentemente en la elaboración de salazones de pescados y carnes.
Funciones de la sal en el organismo.
La sal utilizada con moderación ofrece beneficios para la salud. El sodio es un mineral esencial que permite al organismo:
- Mantener el equilibrio hídrico.
- Retener el agua para conseguir un buen nivel de hidratación.
- Regular la transmisión de los impulsos nerviosos, la actividad muscular y la adecuada absorción de potasio.
- Compensar las pérdidas producidas por el exceso de sudoración, vómitos y diarreas.
La cantidad de sal que consume una persona a disrio supera hasta 10 veces más el requerimiento diario de este mineral.
Si el abuso en el consumo de sal se realiza de forma habitual o si el organismo se ve incapaz de eliminar ese exceso las consecuencias podrían ser: retención de agua, aumento de peso corporal; que compromete también al corazón, riñones, hígado; mayor riesgo de elevar la presión arterial.
A su vez, un alto consumo de sal aumenta la excreción de calcio por la orina, lo que favorece la desmineralización de los huesos.
¿Como evitar el exceso de sal?
Moderar o evitar los alimentos con mayor contenido en sodio, como por ejemplo:
- Sal común
- Quesos semiduros y duros
- Fiambres
- Embutidos (salames y otros)
- Hamburguesas industrializadas
- Productos para picoteo
- Caldos concentrados y sopas deshidratadas
- Alimentos en salmuera
- Encurtidos (pickles, ajíes o pepinos en vinagre)
- Conservas
- Enlatados
- Mantequilla
- Aderezos (mayonesa, mostaza, salsa ketchup, salsa de soja)