domingo, 28 de noviembre de 2010

Berries contra el envejecimiento

Los berries, frutos pequeños, pulposos, suculentos, blandos, jugosos como frutillas, moras, arándanos o frambuesas, contienen altos niveles de polifenoles que protegen el cerebro y colaboranan  a su autocuidado, sobre todo en la vejez.
Un reciente estudio del Centro de Investigación de Nutrición Humana del Envejecimiento, dado a concer los últimos días de agosto, dependiente del departamento de Agricultura de Estados Unidos, comprobó en un estudio con ratas que aquellas que recibían una dieta rica en berries lograban eliminar de un 20% a un 30% los elementos tóxicos que se acumulan en el cerebro. Estudios anteriores habían demostrado que entre los fenómenos presentes en el envejecimiento, uno de los principales era la incapacidad que va presentando el cuerpo para protegerse contra las inflamaciones y el daño oxidativo. Es esto lo que hace a las personas mayores vulnerables de sufrir enfermedades degenerativas del cerebro, corazón y también cáncer.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Helioterapia: La fuerza curativa del sol

En la dosis adecuada, el sol es beneficioso para la salud y puede utilizarse como complemento de los tratamientos médicos. Conozca como influye en los distintos sistemas de nuestro cuerpo.

La actual cultura del sol está dominada por el ideal del cuerpo perfectamente bronceado. En esta búsqueda de belleza, y a pesar de los riesgos asociados al exceso de exposición solar, muchos no dudan en tumbarse el día completo bajo los rayos UV. Sin embargo, la helioterapia ofrece un modelo alternativo, donde la salud y el bienestar están en priemr lugar.

¿Qué es la Helioterapia?
La acción terapéutica de la radiación solar es conocida como helioterapia. Practicados con moderación, los baños de sol son utilizados desde épocas remotas para combatir y tratar diversas enfermedades y para mantener el buen estado de salud general. Estos se pueden realizar en distintas zonas ambientales o climáticas, ya sea en el mar o en la montaña, y se pueden practicar tanto en invierno como en verano. Eso si se recomienda que se realice en días secos, templados y con el cielo despejado. Evitar los climas cálidos o muy fríos.
Salvo excepciones, la mayoría de las personas tienen la capacidad de adaptarse al sol, sin necesidad de usar cremas y tomándolo en pequeñas y moderadas dosis. Ahora, si quiere exponerse por tiempos prolongados y tomar sol en partes que no están expuestas durante el año, es fundamental usar protector solar.

Los efectos del sol.
El sol emite diferentes tipos de radiaciones y cada una posee efectos particuares sobre la salud y el organismo.
  1. Fortalecedor óseo: La radiación ultravioleta del tipo B (UVB) favorece la síntesis de vitamina D, la cuál necesitamos para que el calcio y el fósforo se fijen en los huesos y para metabolizar los hidratos de carbono.
  2. Acción antibacterial: Bajo la acción de las radiaciones ultravioleta muchas bacterias pierden la capacidad de reproducirse, reducen su vitalidad y mueren. Cuando nos exponemos al sol, esta acción antibacterial se produce directamente sobre la piel. Por otra parte, existe un efecto antibiótico indirecto porque la luz solar aumenta la cantidad de células inmunitarias, glóbulos blancos, en la sangre.
  3. Antidepresivo: La luz del sol resulta imprescindible en la regulación de la secreción de hormonas y neurotrasmisores. Por eso, cuando escasea se multiplican las posibilidades de sufrir depresión e incluso, pueden producirse des´rdenes del estado de ánimo.
  4. Antiinflamatorio: El sol estimula la circulación sanguínea y las terminaciones nerviosas de la piel, lo que produce un efecto anágesico. Los dolores musculares, debidos a contracturas o contusiones, y las inflamaciones superficiales pueden ser aliviadas gracias a la helioterapia. Incluso la tensión arterial se reduce al dilatarse las pequeñas venas que recorren la piel.