
Pero la ciencia ha demostrado que su principal potencial es que previene el cáncer. Un estudio financiado por el Centro Nacional de Cáncer de EE. UU. dice que es un potente antitumoral del cuello uterino, próstata, mama, colon, estómago y pulmón. Científicos de EE.UU. demostraron en 2008 que reduce en un 50% el riesgo de padecer cáncer de pulmón, ubicándolo como el segundo mejor protector tras dejar de fumar. Esto se debe al sulforafano, químico que posee y que también mejora las infecciones pulmonares.
Se puede consumir crudo, salteado o poco cocido. Se sugiere cocerlo al vapor o en agua hirviendo durante tres o cuatro minutos. Evitar la sobrecocción.
La porción sugerida es de media taza una vez al día o tres veces a la semana.